Parques fotovoltaicos. El Consell tiene sobre la mesa 369 proyectos de instalación de paneles solares que ocupan en conjunto 140 kilómetros cuadrados, más que todo el término municipal de Valencia
Juan se arma de valor. Se ha propuesto olvidar por unas horas el dolor en sus rodillas y los achaques en su espalda. Quiere enseñar Valencia a su nieta desde lo alto del Micalet. Con cuidado para no resbalar en alguno de los 214 desgastados peldaños de piedra, Juan lleva de la mano a su nieta hasta arriba del campanario. Y desde la balaustrada de piedra tallada y tela metálica empieza a mostrarle la Valencia de su corazón a la niña de sus ojos. Hasta donde abarca la vista todo es un resplandor plateado: la plaza de la Mare de Deu y el Palau de la Generalitat hasta las torres de Quart están cubiertas de placas solares, igual que en las de Serrans, el jardín del Turia, la Alameda y Torrefiel. Lo mismo sucede en el camino de Moncada y sus huertas, en Campanar, Tendetes y Benicalap, la avenida del Cid, Archiduque Carlos y el Bulevar Sur, Patraix, Jesús, la Roqueta y el Ensanche. La calle Colón y la plaza del Ayuntamiento, el Mercado Central y la Lonja, el puerto y sus playas, y al sur, Pinedo, la Devesa del Saler y la Albufera, muestran un intenso reflejo argentino. ¿Se imagina todo el término municipal de Valencia, 136,4 kilómetros cuadrados, como lo ven Juan y su nieta, convertido en una gran planta de generación fotovoltaica? Pues eso y un poco más es la superficie que suponen los 369 proyectos que han llegado al Consell para que autorice este tipo de instalaciones con las que se tratará de suplir la carencia de producción que supondrá el cierre de la central nuclear de Cofrentes en noviembre de 2030.
Y estos son los proyectos de menos de 50 megavatios (MW) de potencia. Los demás son competencia del Gobierno, como los que quiere instalar Iberdrola en Cofrentes y Ayora (dos plantas de 200 MW cada una de ellas) y otra en Villena de 50 MW que aprovecharán la infraestructura eléctrica de la nuclear para inyectar la energía eléctrica en a red.
El Gobierno prorroga la central nuclear de Cofrentes hasta 2030
El desmantelamiento de la nuclear crea un gran problema en una comarca del interior de Valencia que en los últimos 40 años ha basado buena parte de su economía en la riqueza y puestos de trabajo que ha creado la central de Cofrentes, 800 directos y 700 indirectos, según el alcalde de Ayora, José Vicente Anaya. Por eso la iniciativa de Iberdrola de poner en marcha dos plantas solares de 200 MW ha sido acogida como agua de mayo en una zona que habría sufrido de una manera más intensa la despoblación.
«Los Ayuntamientos pueden concretar en sus PGOU las mejores zonas para instalar estas plantas», afirma Torró
La solar es una energía limpia pero no es inocua. El mayor problema que genera es la ocupación de suelo y la transformación del paisaje, tanto por la instalación de los propios parques solares como por el tendido eléctrico que necesita para inyectar la electricidad a la red.
Según Foro Nuclear, entidad española que reúne a las empresas de generación de energía nuclear, para una planta de 1.000 MW de potencia instalada una central atómica necesita ocupar un terreno de entre uno a cuatro kilómetros cuadrados. Si la planta es fotovoltaica la necesidad de suelo se multiplica y precisa entre 20 y 50 kilómetros cuadrados. Los parques eólicos aún necesitan más, entre 50 y 150 kilómetros cuadrados. Y si es de biomasa, de 4.000 a 6.000.
Un alquiler de 1.500 euros al año por hectárea
La Societat de Viticultors Terres dels Alforins es una de las entidades en pie de guerra contra las megaplantas solares. Están adheridas una decena de bodegas de Fontanars, Moixent y la Font, además de viticultores. «El vino es la locomotora del pueblo. Vendemos paisaje, es el valor turístico», afirma su portavoz, Ramón Mora«¿Renovables? Sí, pero con responsabilidad», dice. «En Moixent hay dos plantas de 200 hectáreas cerca de la partida de Les Alcuses, de alto valor patrimonial». «Eres labrador, tienes 50 hectáreas y te hacen una proposición indecente: 1.500 euros de alquiler al año por hectárea, a 35 años. A vivir», explica Mora como se actúa en la zona para conseguir suelo para las plantas solares. Rechazan «el daño paisajístico» de las plantas y especialmene el de las torres de tendido eléctrico de 50 metros de altura que van a cruzar estos pueblos.
Los 369 proyectos que tiene en tramitación la Consellera de Industria (67 en Castellón, 170 en Alicante y 132 en Valencia) suman más de 7.200 MW. El 85% de ellos se presentaron después de que el Consell modificase la anterior ley con un decreto y suavizase las condiciones. Si se autorizaran todos ocuparían más de 140 kilómetros cuadrados, una superficie mayor que todo el término municipal de Valencia.
Las plantas de generación fotovoltaica se pretenden instalar mayoritariamente en municipios del interior de la Comunitat Valenciana, donde el suelo de secano es más barato que en el litoral. Y mientras en algunos municipios acogen estos proyectos con los brazos abiertos, como es el caso del Valle de Ayora, en otros, como en la zona dels Alforis (Fontanars, Moixent y la Font de la Figuera), bodegueros, viticultores y el sector del turismo enológico, en alza en esta zona, presentan batalla contra estas instalaciones que modifican un paisaje rural mimado desde hace siglos hasta el punto de que se conoce esta zona como la Toscana valenciana.https://servicios.lasprovincias.es/infografias/2021/04/placas-solares/index.html
La patronal de la energía en la Comunitat Valenciana, Avaesen, ha lanzado recientemente un manifiesto, apoyado desde la Conselleria de Industria y la Diputación de Valencia, en el que aboga por «el desarrollo racional» de las energías renovables. A esta plataforma se han adherido las tres diputaciones y 76 municipios, como las tres capitales de provincia y también localidades de interior como la Font de la Figuera, Chiva, Cheste, Ademuz, Sinarcas, Caudete de las Fuentes, Vistabella, Castielfabib, Enguera, Chera, Villar del Arzobispo, Crevillent, Andilla y Alpuente. Las demás son poblaciones costeras o cercanas a la costa.
Consideran desde esta organización que «la instalación de plantas de energías renovables, consensuadas con todas las administraciones y la ciudadanía, son la mayor herramienta para la lucha contra el cambio climático y una fuente de creación de valor socioeconómico a la que la Comunitat no puede renunciar, siempre y cuando estas instalaciones impacten de forma respetuosa sobre el territorio, preservando el valor ambiental y patrimonial de las zonas donde se instalen». E inciden en que además de «la necesaria instalación de parques solares», se apuesta también por utilizar nuevas iniciativas como las comunidades energéticas locales «para dar como resultado la expansión en el mayor número de municipios posibles el impuso de las renovables».
La patronal valenciana de las eléctricas aboga por consensuar con alcaldes y ciudadanos la ubicación de las zonas fotovoltaicas
En el Consell hay dos sensibilidades diferenciadas. Por un lado, el PSPV que nunca ha sido un defensor a ultranza de las centrales nucleares, y por otro, Compromis y Podemos, detractores de esta generación de energía.
El Gobierno ha prolongado la vida útil de la central de Cofrentes hasta el 30 de noviembre de 2030. Pero hasta ahí. «El Consell entiende que la central en esa fecha ya ha habrá cumplido sobradamente con el objetivo de operación que motivó su autorización», afirma Rebeca Torró, secretaria autonómica de Economía Sostenible. La dirigente aboga por la energía solar y la eólica porque son tecnologías «maduras y competitivas» para sustituir a los reactores nucleares. «Han acreditado no sólo que funcionan sin subvenciones de la factura eléctrica de los consumidores (como ocurrió en el pasado), sino que hacen bajar el precio del kWh», dice.
Del cierre de Cofrentes le preocupa el impacto que tendrá en la comarca, tanto en los empleados como en los ingresos que genera a los ayuntamientos. De ahí que Torró afirme que trabajan en «un plan de transición justa para la zona que, al ser rural, quiere diseñar y anticipar con el Gobierno de la nación».
Cuatro millones de metros a los pies de la sierra de Chiva
A los pies del paraje natural de la sierra de Chiva se planea instalar una planta de producción de energía solar de 125MW. «No estamos de acuerdo con este tipo de megaplantas. No es el modelo energético adecuado ni mucho menos la ubicación», afirma Gonzalo Lacalle que encabeza una agrupación de asociaciones en contra de este proyecto que se va a poner en marcha en Chiva. Lacalle critica que el Consell suavizara en agosto las restricciones que había para instalar grandes plantas solares. Antes, afirma, «se requería una declaración de interés comunitario y ahora la legislacion es mucho más laxa». No les gusta el proyecto por su tamaño, 125 MW, y porque afectará «a cuatro millones de metros cuadrados».
«Un municipio puede tener gran parte del suelo ocupado por fotovolaicas, y el colindante no tener ni una», dice el PP
Sobre la ocupación del suelo que precisan estas plantas de energías limpias, la secretaria autonómica considera que está controlado mediante el decreto ley aprobado el pasado mes de agosto. El que ordena el desarrollo de las plantas fotovoltaicas y eólicas. «Desde luego, el despliegue de las solicitudes de proyectos de energías renovables se hará ajustándose a los criterios que impone esta regulación, que trata de preservar los valores territoriales y medioambientales con una forma de producción de energía eléctrica. Desde el Consell trataremos de preservar las zonas de alto rendimiento agrícola. Además, hay que tener en cuenta que los ayuntamientos pueden concretar, en sus PGOU, las mejores zonas de ubicación para implantar este tipo de instalaciones», advierte Rebeca Torró.
«Esta energía es un bien y servicio esencial para la sociedad y respetuosa con el medio ambiente. Hay que tener en cuenta que las centrales fotovoltaicas, las que más terreno ocupan, no llevan cimentaciones y pueden integrarse en el medio. Su desmantelamiento es sencillo, sin cargas sobre el territorio. Ya hay zonas donde se compatibilizan las plantas fotovoltaicas con la actividad agrícola, lo que se conoce como instalaciones agrovoltaicas», defiende la secretaria autonómica.
EN SU CONTEXTO
140 kilómetros cuadrados ocuparían los 369 parques fotovoltaicos pendientes de aprobar. Más potencia que Cofrentes La nuclear tiene una potencia instalada de poco más de 1.000MW y las fotovoltaicas en proyecto, más de 7.000. Alicante, donde hay mayor interés Alicante, con 170 proyectos, es la que centra mayor interés de las empresas, seguida de Valencia 132, y 67 Castellón. ¿Quién autoriza las plantas fotovoltaicas? Las de menos 50MW son competencia de la Generaliat. Las de más de 50 son, del Gobierno central. Las grandes plantas, bien de interés general Declaración competencia del Gobierno por la que se derriban trabas que pudieran poner municipios y Consell. 85% de los proyectos se presentaron después del pasado agosto, tras relajarse la legislación. Elementos de distorsión del paisaje Las plantas solares modifican el paisaje, pero más las instalaciones eléctricas que llevan a la red la energía generada.
Desde el PP echan en cara al Consell la lentitud en tramitar los proyectos de su competencia, los de hasta 50 MW. «La actual política del Consell favorece la instalación de megaplantas fotovoltaicas, en lugar de las pequeñas que producen un impacto en el territorio menor», afirma la diputada Elisa Díaz. Critica los agravios que ocasiona el decreto ya que «a falta de una política común aplicable de manera ordenada en todo el territorio de la Comunitat, se producen tensiones entre municipios, ya que mientras uno puede verse con gran parte de su terreno ocupado por fotovoltaicas, el colindante puede no tener ni una sola planta».
Fuente: https://www.lasprovincias.es/comunitat/batalla-sol-libra-tierra-20210502144551-nt.html