Economía

El impulso del vehículo eléctrico en el sector de la automoción español

La movilidad eléctrica está llamada a ser el futuro, de ahí que, con el objetivo de que se vaya consolidando, se esté apostando por ella a través de nuevos planes como el Moves III. Con un parque automovilístico envejecido y el gran objetivo de la descarbonización por delante, los vehículos electrificados deberían ser los grandes protagonistas de la carretera. Las ventas de vehículos eléctricos subieron un 53% durante el pasado mes de marzo respecto al mismo periodo de 2019, según la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC), que ha realizado la comparación con el año 2019 ya que los datos de 2020 están afectados por la declaración del estado de alarma y el confinamiento. Esto equivale a 2.271 unidades matriculadas en marzo, un 2,14% de la cuota de mercado. Las ventas de vehículos híbridos enchufables alcanzaron las 3.562 unidades, un 344% más que en marzo de 2019, pero con una cuota de mercado de un 3,35%. Las cifras han mejorado, sobre todo debido a las ayudas que se impulsaron a partir de junio de 2020 para renovar el parque de vehículos, pero siguen siendo discretas.

A diferencia de otros países, España continúa a la cola en este ámbito. Noruega y Países Bajos están a la cabeza en el uso de vehículos eléctricos y países como el Reino Unido o Alemania duplican las ventas españolas. De los más de 850.000 automóviles vendidos en España en 2020, solo 17.925 modelos fueron eléctricos puros. Para los expertos, uno de los principales problemas es la falta de puntos de recarga, menos de 8.500 en todo el territorio nacional, tal y como destacan desde la ANFAC.

Una infraestructura todavía insuficiente

“Una de las causas que provocan que los consumidores no se decanten por la compra de un vehículo electrificado es la dificultad que conlleva su uso debido a la escasa disponibilidad de puntos de recarga”, señala José López-Tafall, director general de la ANFAC. Como el resto, el conductor del vehículo eléctrico debe tener la seguridad de que siempre va a poder disponer de él. Algo difícil si no hay suficientes puntos de recarga en el territorio.

Si estos no se implementan, la demanda se resentirá y los retos serán inalcanzables. Empresas energéticas como Iberdrola anunciaron el año pasado préstamos verdes para financiar la instalación de 2.500 puntos de recarga públicos en España y Portugal. Por su parte, la ANFAC ha propuesto un paquete de 16 medidas concretas de carácter institucional, regulatorio y económico “para conseguir una red de infraestructura de recarga de acceso público de calidad y con capilaridad en todo el territorio”.

Cinco millones de vehículos eléctricos en 2030

“No creemos que haya un problema de oferta, sino de demanda y de recursos públicos para apoyar lo que se decide a nivel político. Hace 10 años solo se comercializaban 25 modelos entre híbridos y electrificados en España. Hoy, hay a la venta 153 modelos electrificados y 125 híbridos convencionales”, señala López-Tafall. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) del Gobierno español estima que el parque de vehículos eléctricos (turismos, furgonetas, autobuses y motos) alcance los cinco millones de unidades en 2030, de los cuales, tres millones sean turismos. Este impulso del vehículo electrificado podría aumentar el peso del sector del automóvil en el producto interior bruto (PIB) hasta suponer un 15% en 2030, según las previsiones de la minsitra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. En la actualidad, la industria supone el 10% del PIB.

Este mismo mes, el Ejecutivo presentó el ya mencionado Plan Moves III, la tercera edición del plan de ayudas estatales que busca fomentar y facilitar la expansión del coche eléctrico en España. “Necesitamos que se democratice el coche eléctrico”, aseguró Ribera. El plan está compuesto por un total de 400 millones de euros y ayudas para la compra de vehículos eléctricos de hasta 7.000 euros en el caso de los turismos y de 5.000 euros para los híbridos enchufables.

El Plan Moves III, cuyas ayudas y medidas se enmarcan dentro del Fondo de Recuperación Europeo, también conocido como Next Generation EU, se extiende hasta 2023 y será ampliable hasta los 800 millones de euros si así lo constata la demanda. Además, cuenta con una partida destinada a incentivar la instalación de puntos de carga para vehículos eléctricos. El objetivo es que “en 2023 al menos 250.000 vehículos eléctricos estén en nuestras calles y en nuestras carreteras y al menos haya 100.000 puntos de recarga, contando tanto públicos como privados”, afirmó la ministra. También destacó que esta medida “contribuirá a electrificar la movilidad y evitar más de 450.000 toneladas de CO2”.

Las cuantías de las ayudas se reducirán a los 4.500 euros si no se entrega un coche de más de siete años para su achatarramiento. Además, el importe de compra del nuevo coche eléctrico no podrá superar los 45.000 euros o los 53.000 si consta de ocho o nueve plazas. Estas nuevas medidas pueden dar respuesta a aquellos conductores que ya se mostraban escépticos con el cambio. Según la encuesta ‘Observatorio RACE Conductores de 2020’, solo el 7,5% tiene la intención de comprar un modelo eléctrico puro, pese a las ayudas estatales.

Destinar más esfuerzos a la electrificación

Muchas voces abogan por la mejora de las infraestructuras. El pasado marzo, en La Vanguardia, especialistas de entidades como ECODES, Salvia, Energía, Derecho y Medio Ambiente y Transport & Environment España destacaban que el país “necesita realizar rápidamente un amplio despliegue de la infraestructura de recarga eléctrica para poder cumplir el objetivo de alcanzar la cifra de cinco millones de vehículos eléctricos para 2030”. Algo que, según ellos, va más allá de la obligación de puntos de recarga en algunas estaciones de servicio, tal y como establece la recién aprobada Ley de Cambio Climático y Transición Energética.

“Resulta imprescindible disponer de una red potente y eficaz, que vertebre todo el territorio nacional, tanto en entornos privados como públicos, donde estos vehículos puedan recargar sus baterías”, afirmaban, además de recomendar puntos de recargas de 150 kW y no de 50 kW por ser “una potencia mucho más baja de lo que la mayoría de los nuevos vehículos eléctricos pueden cargar”. Para muchos la movilidad eléctrica no solo es un largo camino, sino que necesita completarse a pasos de gigante.

El enorme desafío de las cero emisiones

El sector del transporte por carretera en España representa el 26,9% de los gases de efecto invernadero, así que la electrificación se ha convertido en la punta de lanza de la lucha contra el cambio climático y la sostenibilidad de las ciudades. “La contribución de la movilidad eléctrica a la descarbonización es tal que podemos decir que sin movilidad eléctrica no hay transición energética”, apuntan desde Red Eléctrica de España.

“Es un reto mayúsculo. Si planificamos bien esta transición, podremos cumplir nuestros compromisos de descarbonización y, además, elevar nuestra industria como una hegemonía en la nueva movilidad”, remarca el director general de la ANFAC. El margen de tiempo es escaso, pero no solo para conseguir que el vehículo eléctrico represente el 40% de la cuota de mercado en 2030. “La otra marca está fijada para 2050, y es la más ambiciosa, la consecución de un parque automovilístico 100% cero emisiones”, afirma López-Tafall.

Fuente: La Vanguardia.

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