Los principales agentes económicos tendrán que salir al mercado con fuerza este año. Solo el Tesoro tiene vencimientos de más de la mitad de esta cifra.
Nueva prueba de fuego para la economía en pleno aumento de la inflación que pone en cuestión el mundo de tipos de interés al 0%. El mercado está realizando un nuevo diagnóstico de la ‘macro’ española mientras que de fondo vuelve el miedo a un aumento de precios que amenace el entorno de abundante liquidez a bajo coste para armar la recuperación poscovid.
El mundo cada vez está más endeudado y, desde luego, España no es una excepción. Todo lo contrario, ya que está a la cabeza entre los países donde más ha aumentado la deuda pública, que alcanza ya el 117% del PIB con más de 1,3 billones (millones de millones) de euros, y proyecciones de que alcance el 135% tras el coronavirus.
Gran parte de este endeudamiento llega desde el Gobierno central, con el Tesoro articulando las necesidades de financiación. El organismo dependiente del Ministerio de Economía tiene previsto realizar una emisión neta de 100.000 millones, divididos entre 90.000 millones en bonos y obligaciones y medio plazo y 10.000 millones en letras. Asimismo, tendrá que asumir el vencimiento de 94.380 millones en bonos y 94.758 millones en letras. En total, el Tesoro tiene previsto pedir al mercado en el conjunto de 2021 un total de 289.138 millones, según la estrategia de la institución liderada por Carlos San Basilio.
Se trata del principal emisor español. Pero no el único. Las empresas no financieras del Ibex 35 que han tratado de asegurar su posición de liquidez pidiendo crédito y reduciendo gastos (ha subido la deuda bruta, pero se ha reducido la neta) se enfrentan a vencimientos de casi 29.000 millones en 2021, según los informes anuales que han presentado en las últimas semanas. La deuda bruta total es de más de 240.000 millones de euros.
A esto se suma la financiación mayorista de la banca, que acude al mercado para diversificar sus fuentes de obtención de liquidez pero también por obligación, ya que debe cumplir con mínimos de emisiones en las diferentes ratios de capital que exige el supervisor. Solo los cinco principales bancos (Santander, BBVA, Caixabank, Bankia y Sabadell) tienen vencimientos de 40.000 millones en 2021.
Tesoro, grandes empresas cotizadas del Ibex y la gran banca suman vencimientos en el total del ejercicio de 260.000 millones. A esta cifra hay que sumar los vencimientos del resto de administraciones públicas (solo en 2020 la agencia S&P tenía estimaciones de emisiones de 40.000 millones), el resto de empresas y otros bancos. Es decir, en el mercado se da por hecho que se alcanzarán los 300.000 millones, más de un cuarto del PIB español.
Los mercados de capitales suelen ser un diagnóstico de la percepción que tienen los inversores de la salud de una economía, una Administración, una empresa o un banco. Al fin y al cabo, se trata de pedir dinero a un grupo de inversores institucionales que ponen precio en función del riesgo percibido y la duración del préstamo. Sin embargo, los estímulos monetarios mantienen anestesiados los mercados de capitales y la aversión al riesgo se ha desplomado.
Los bancos centrales han respondido a la crisis con liquidez y recortes de tipos de interés en los casos en los que había margen, algo que no sucedió en marzo de 2020 con el Banco Central Europeo (BCE). Con los tipos ya antes del covid al 0% y penalizando el exceso de liquidez de la banca con hasta un -0,5%, el BCE optó por inundar el mercado de dinero. En un año ha comprado un montante de deuda neta, en términos netos, por un valor de 1,12 billones, superando al equivalente del PIB.
Esta estrategia mantiene a raya las primas de riesgo, pero no ha evitado un repunte de los tipos de interés en las últimas semanas con el auge de las expectativas de inflación. El ‘bund’ alemán empezó el año en el -0,6%, y ahora está en el -0,26%, mientras que el bono español ha pasado del 0,05% al 0,4%.
Este encarecimiento se transmite a todos los emisores, ya que se empieza a poner precio a la inflación. Hasta el punto de que cotiza (según el diferencial entre bonos ligados a la inflación y el resto) el 2,3% a medio plazo en Estados Unidos, el 3% en Reino Unido y el 1% en Alemania. Precisamente, el Bundesbank ha señalado que prevé una inflación superior al 1,8% en 2021, resucitando a los halcones en el BCE (miembros que son proclives a una política monetaria más restrictiva).
En este entorno, los bancos centrales se han esforzado por subrayar que no van a dar un vuelco repentino a su política monetaria. La semana pasada, el banco central presidido por Christine Lagarde anunció un aumento del ritmo de compras de su programa de emergencia contra el covid-19 para mantener unas condiciones de financiación laxas. Esta semana, el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, subrayó que veía el pico de los precios como un fenómeno temporal y que la entidad no se iba a avanzar a las expectativas del mercado. En resumen, las autoridades monetarias creen que esta situación es pasajera y no están dispuestas a estropear la recuperación tomando medidas drásticas. En el mercado hay la ley no escrita de no posicionarse contra los bancos centrales, pero, tras el evento sin precedentes de la pandemia, los inversores también se conjuran ahora ante un entorno inflacionario desconocido (y está por ver si los bancos centrales van a poder capearlo, como aseguran que van a hacer).
En el Ibex 35, son aquellas empresas de mayor tamaño del negocio y, por ende, mayor endeudamiento las que más vencimientos tienen previstos para 2021, como Telefónica o Iberdrola; aunque también hay otras de menor tamaño y con vencimientos abultados, como ACS, Naturgy o Repsol. También es importante medir estos vencimientos y la cantidad de obligaciones en proporción con la liquidez y generación de caja de cada negocio. El ejemplo más llamativo del Ibex 35 es Inditex, que gracias a su generación de caja es conocida por la ausencia de deuda en su balance. De hecho, también está el caso de Cellnex, que pese a tener altos niveles de pasivo (6.500 millones) no cuenta con ningún vencimiento en 2021.
Ante la incertidumbre del covid-19, las compañías se apresuraron en el último año por mejorar el perfil de vencimientos. Disfrutando todavía del blindaje de los bancos centrales, las cotizadas siguen activas en el mercado, también para seguir protegiendo sus posiciones de liquidez o dar continuidad a otras operaciones corporativas. El caso más reciente ha sido IAG este jueves, que colocó 1.000 millones de euros. No obstante, la lista en este arranque de año es larga: Repsol emitió 750 millones y Cellnex 2.500 millones en febrero, mes en el que también Iberdrola o Amadeus acudieron al mercado, entre otras.
El mercado sigue viviendo un momento de relativa bonanza, pero los jugadores no olvidan los riesgos. Como ya informaba El Confidencial esta semana, algunos emisores están añadiendo la amenaza de la inestabilidad política en España en el apartado de riesgos que comunican a los potenciales inversores.
En el caso de los bancos, Santander encabeza los vencimientos previstos para 2021, con 21.100 millones; por delante de BBVA, que tendrá que asumir vencimientos de 12.500 millones, según las presentaciones realizadas a analistas. En el resto, las cifras son inferiores. En Caixabank y Bankia, entidades que ultiman su fusión, son de 2.800 millones y 2.200 millones respectivamente, mientras que en Sabadell son 2.163 millones.
FUENTE: EL CONFIDENCIAL