REAL ZARAGOZA
De los 63 partidos que han de jugar en las siete últimas jornadas los nueve equipos que cierran la tabla, una decena son finales directas entre ellos, de alto valor en la clasificación final.
Solo restan 77 partidos para acabar la liga de la Segunda División, los correspondientes a las siete últimas jornadas (cabe añadir uno más, el suspendido Mirandés-Tenerife, que se recuperará en breves fechas).
Los nueve últimos clasificados a estas alturas del torneo –Albacete, Sabadell, Lugo, Cartagena, Alcorcón, Castellón, Logroñés, Real Zaragoza y Real Oviedo–, que son quienes conforman el pelotón de candidatos a ocupar el último día las cuatro plazas de descenso a Segunda B (Primera Federación a partir de la temporada que viene), van a protagonizar 10 choques directos entre ellos. Eso es una sexta parte, casi, de los 63 compromisos que les aguardan en pos de escapar del sumidero, del fracaso en la competición que quedará finiquitado el 30 de mayo, en 40 días.
Dadas las circunstancias tan complejas que presenta el formato de la liga 20-21, con ungrado de igualdad tremendo en ese amplio elenco de clubes inmersos en el lío de la pérdida de categoría (entre los que, matemáticamente, aún cabría añadir a Fuenlabrada, Tenerife…), van a ser 10 partidos –al menos los primeros en ir jugándose en términos cronológicos– de mucha trascendencia en la clasificación final. Porque, de los resultados que se vayan acumulando en ellos, del reparto de esos 30 puntos en litigio, va a depender directamente en gran medida el nivel de exigencia en el que se acabe estableciendo la salvación el último día.
Esa es desde hace semanas una pregunta, la gran pregunta –sin respuesta posible– entre los que temen lo peor. ¿Cúantos puntos van a hacer falta en este curso para eludir el desastre? Pues, en un alto porcentaje de las combinaciones posibles, la respuesta tan anhelada surgirá de esta decena de partidos de alto voltaje.
30 puntos pelearán de manera directa los nueve últimos clasificados en los 10 partidos que les restan entre ellos en las últimas siete jornadas. De su reparto, según sean los resultados, dependerá el establecimiento de la frontera del descenso y la salvación de la categoría.
El punto de mira de todo el mundo está enfocado, con muchas dioptrías, en el puesto 19º, que hoy ocupa el Cartagena con 36 puntos. Ahí está la referencia a superar mínimamente para regatear a un destino negro. El 19º es el primero que caerá al piso de abajo. La aspiración de este grupo de nueve implicados es, como mal menor, terminar la batalla en el 18º escalón. El rango de la exigencia será el que marque cada semana el 19º y, a fecha de hoy, el Cartagena está a tiro de piedra de un partido del penúltimo, el Sabadell con 34 puntos y, en sentido contrario, tiene a un solo partido de distancia al 17º, que es el Castellón con 39. Esto es indicativo de lo apretado de la lucha, de lo variable que puede ser este esprint final según se den los tanteadores, sobre todo, en este ramillete de duelos directos.
Días claves para los implicados
La inminente jornada 36ª traerá a escena la primera de las 10 ‘finales’ que faltan por afrontarse por los implicados en esta pugna a vida o muerte. Será en Las Gaunas, un Logroñés-Cartagena, fundamental. En la siguiente estación liguera, la 37ª, importantísima, están programados hasta tres choques de esta trascendencia: Albacete-Alcorcón, Castellón-Logroñés y Lugo-Real Zaragoza. En la 38º, en un doblete eléctrico, se verán las caras Oviedo-Sabadell y Cartagena-Castellón. Curiosamente, en la jornada 39ª no coincide ningún emparejamiento entre los nueve de abajo, que se enfrentarán por separado a equipos de la parte media-alta de la tabla.
Será el preámbulo de la jornada más definitoria de cuantas quedan, la 40ª y antepenúltima, singularmente datada en un tramo intersemanal, en días laborales (18, 19 y 20 de mayo). En es hito de la liga se darán tres partidos con aroma a culminantes: Albacete-Lugo, Alcorcón-Sabadell y Real Zaragoza-Castellón.
A partir de ahí, antes de las dos últimas jornadas, es probable que se hayan esclarecido ya con contundencia algunos aspectos del descenso. Por lo que pueda acontecer, estará pendiente aún el Lugo-Cartagena, en la 41ª y penúltima. Y, llamativamente, para la estación final y definitiva, la 42ª, el calendario no tiene preparado ningún choque frontal entre adversarios directos en lo más bajo de la clasificación. No se prevé, pues, ningún partido frenético el último día entre dos iguales.
Todos con ‘finales’ pendientes
Como se desprende de esta programación descrita, todos los afectados por la huida del descenso tienen ‘finales’ pendientes en estas siete últimas jornadas. Hay tres equipos que jugarán hasta tres partidos (casi la mitad) con este perfil cuasi definitivo: el Lugo, el Cartagena y el Castellón. Cinco de ellos deberán afrontar dos partidos directos entre sus siete comprimisos pendientes: Albacete, Sabadell, Alcorcón, Logroñés y Real Zaragoza. Y solo uno, el Oviedo, tiene en perspectiva una pugna de este segmento clarificador por la parte baja de la clasificación.
Para los que llevan alguna mínima ventaja en la tabla ahora mismo –el Real Zaragoza entre ellos, pues camina con 5 puntos sobre el ras letal que señala el Cartagena– estos partidos son fundamentales. Es imposible que los dos que se enfrentan sumen los 3 puntos. Y, si hay empate, un punto se irá al limbo en el reparto de uno por bando. De cómo mezclen estos resultados dependerá la dificultad de la permanencia este año.
Fuente: Heraldo de Aragón.